«Si crees que puedes, ya estás a medio camino.». Theodore Roosevelt
Siempre he pensado que las cosas buenas son mejores si duran más: un libro de 1,500 páginas, una película de 2 horas, un carrete de 36 fotos … Me gusta la luna, el café, los libros, la música y una buena conversación. Lectora incansable, soy mi propio libro, me reescribo, me subrayo, me agrego páginas, me arranco otras, y siempre dejo en blanco las últimas hojas. Curiosa, inquieta y comprometida, con vocación de ayudar a los demás y tratar de hacer de este mundo un lugar un poquito mejor.
Algo que me llevó, hace ya más de tres años, a colaborar como voluntaria en FibroParla, (Asociación de Enfermos de Fibromialgia de Parla), construyendo, gestionando y administrando la comunidad online de la asociación. Elaboro, planifico estrategias, genero contenido, además de implicarme en los proyectos, actos y eventos que se llevan a cabo. Todo ello con el fin de dar visibilidad a la entidad y a esta enfermedad que, aunque actualmente ha alcanzado un importante impacto en los servicios de salud por el creciente número de afectad@s, pasa desapercibida a la sociedad. Son personas que conviven con el dolor 24 horas al día, 365 días al año.
Las redes sociales son, hoy en día, una herramienta de comunicación imprescindible para cualquier organización que pretenda visibilizarse en Internet, son una herramienta poderosa para crear conciencia. Tener una presencia activa y constante en las redes sociales, detectar tendencias y participar en ellas, es imprescindible para conseguir el objetivo de atraer y generar demanda sobre la asociación, sus objetivos y actividades; mejorar la visibilidad de la enfermedad y la imagen de la entidad en la red para aumentar el alcance de las actividades y, en definitiva, tener mayor repercusión social.
Además, las redes sociales, son un espacio en el que se producen millones de interacciones entre personas permitiendo compartir experiencias. Donde no llega el sistema sanitario puede llegar el apoyo de otro paciente, de un familiar, de un amig@, y que el enferm@ se sienta arropado y que no está solo en la batalla.
Es una responsabilidad enorme, pero me siento orgullosa de ser el eslabón que une la asociación con el resto del mundo, y poder contribuir a dar voz a los sin voz.
El movimiento se demuestra andando. ¿Te vienes?.
Cristina