Se llama Rafa. Se levanta un par de horas antes de entrar a trabajar porque le gusta tomarse el café tranquilamente ojeando en su Tablet todo lo que ha pasado en el mundo durante su ausencia. Elije su ropa a conciencia, pero que no parezca  demasiado que para él su aspecto es  importante . Las zapatillas nunca faltan, por si hay que correr.

Cada día busca un camino diferente para llegar al trabajo, pero sin dar rodeos, ni le gusta la rutina, ni perder el tiempo.

Al llegar, las primeras horas se parapeta tras su ordenador y se dedica a leer, sólo se oye el click del ratón abriendo una pestaña tras otra. Se dedica a buscar aquí y  allá de sus múltiples nichos de información, los tiene ordenados por listas, en una organización cuidada al detalle.

Con la mochila repleta, se dispone a programar cada cosa en su lugar, abre la plantilla de planificación y allá que va. Además, gracias al café al que invitó a una de sus compañeras, tiene un nuevo artículo para el blog, le costó convencerla para que contara ese nuevo proyecto que tienen entre manos pero ha merecido la pena, es excelente!

Se toma su tiempo para escribir cada post, tiene muy estudiado quién está al otro lado. Se imagina contándoselo en persona, informal, distendido y con la confianza que da el saber que lo que está contado va a interesar. Lo escribe, lo lee, le da una vuelta, lo acorta, lo vuelve a mirar, lo termina de pulir, un emoticono y… programado queda. Al rato abre las publicaciones programadas para asegurarse de que todo está bien.

Entre tanto piensa nuevas formas de contar sin perder la esencia, se reinventa a diario, esto es lo que más le divierte, así lo pone en su perfil de Twitter “Me gusta tener todo controlado para poder arriesgar”.

Cuando lleva ya un largo rato se levanta a estirar las piernas y aprovecha para hablar con unos y con otros, es curioso, sociable y prudente a partes iguales. Quiere estar al tanto de lo que tienen entre manos cada uno de sus compañeros pero sabe que, al igual que a los que leen sus publicaciones, no se les puede “brasear”. Con esto también tiene su estrategia, sabe en qué momento debe abordarles y qué le puede ofrecer a cada uno de ellos de lo que ha descubierto en las redes.  Es experto en motivarles para que compartan su trabajo y ya todos saben que sin imágenes, vídeos o enlaces su texto pierde valor.

Antes  de irse revisa la respuesta de las publicaciones del día y saca alguna conclusión que al final del trimestre volcará en la evaluación del plan de comunicación. Se asegura de haber respondido a todos los comentarios, interactúa en las publicaciones de los colegas de profesión y páginas afines, prefiere los diálogos a los monólogos y sabe que conviene dar si quieres recibir. Un par de notas para la planificación de mañana y listo.

Le encanta su trabajo, cree en él y en que todo lo que hacen en su entidad es bueno y merece la pena ser contado, pero sabe que con eso no es suficiente, el envoltorio es importante, una de sus máximas es «en las redes hay que molar».

Se llama Rafa y es Community Manager