El director y guionista italiano Federico Fellini dijo alguna vez que Un lenguaje diferente es una visión diferente de la vida. Esto no es un blog de cine, pero en efecto, hoy vamos a hablar de un nuevo lenguaje y una nueva figura que está surgiendo en el mundo de la comunicación digital, sin el que muchas empresas y también organizaciones del tercer sector ya no pueden pasar. Hablamos del papel cada vez más posicionado y demandado del/la Community Manager.

A nivel laboral cada vez es más solicitado un nuevo perfil al que todavía la sociedad no se acostumbra. Diferentes medios de comunicación, empresas y organizaciones requieren al demandado Community Manager, una figura llena de estereotipos al que se relaciona con la actualización única de redes sociales y que más allá de ello, converge entre las nuevas tecnologías y la comunicación.

Las necesidades comunicativas del tercer sector también han ido cambiando. La presencia de las ONGs en redes sociales es cada vez mayor y con ello surge la necesidad de establecer un plan de comunicación digital que ayude en la gestión y la comunicación con los usuarios. A menudo, especialmente en organizaciones pequeñas, estas acciones acaban haciéndose muy rápido y por algún trabajador «orquesta» al que se le acaba encomendando esta función. Más allá del estereotipo de que es una tarea fácil, que no requiere preparación y que puede ser realizada por cualquiera, ser Community significa ser buen gestor de la comunicación de la ONG y sobre todo poner en práctica un plan de comunicación digital que, al contrario de lo que se piensa, debe ser planteado por un profesional de la comunicación junto al resto del equipo.

En este artículo no pretendo  dar una receta de cómo ser un buen Community Manager, porque creo que ya se han dado diferentes nociones de ello en otros post. Con esta reflexión, cuestiono, una vez más y como suelo hacerlo en mi vida, el papel de la comunicación a la cual se le debe prestar especial importancia y debe ser profesional y especializada, por ello, a pesar de que las redes sociales inundan nuestra vida diaria y hay generaciones que cada vez más son nativas digitales, es justo que esta actividad no caiga en el limbo de «Aquí cabe todo» y por el contrario, sea cada vez más profesionalizada y alejada de los típicos prejuicios que le rodean a esta figura.