Hace unos años se entendía la labor del Community Manager como una tarea sencilla que cualquier persona con cierto interés en las nuevas tecnologías y redes sociales podía llevar a cabo, incluso siendo la última persona en incorporarse a la empresa o entidad. De hecho, solía ser una labor desarrollada por becarios bien preparados pero con un puesto poco reconocido y con escasa información sobre los entresijos de la entidad.
Pero el volumen de actividad en las Redes Sociales empezó a coger relevancia y de pronto era necesario “profesionalizar” esa labor. Ya no era suficiente con conocer las herramientas y ser usuario habitual de las redes para poder dedicarte a gestionar las Redes Sociales de la entidad; ahora tenías que saber usar cada uno de los atajos, trucos, etc..para enganchar a tus seguidores.
Características del Community Manager ideal
Un buen Community Manager debe tener cierta formación específica para conocer las herramientas, pero sobre todo debe saber gestionar la comunicación y ser un buen embajador de la entidad.
El C. M tiene que conocer perfectamente la organización, incluidos los puntos débiles, porque solo contando con toda la información y sin tener miedo a los cambios, a las reacciones y a las verdades se puede jugar al juego de la interactuación.
Para mí sería lo más parecido a la figura de un “amigo simpático” que se pone fácilmente en tu lugar, y que sabe decir cada cosa en su momento, en el tono oportuno, y consiguiendo convencer siempre al resto usando su sentido del humor y su positivismo.
Si no partimos de ese perfil lo ideal sería actuar desde la mirada de un niño, procurando afrontar este mundo digital con curiosidad, entusiasmo y muchas ganas de aprender y participar.
La labor del Community Manager
En la realidad de las ONG´S la figura del C.M suele coincidir con la persona encargada de la comunicación, algo que es beneficioso para conocer bien la estrategia de comunicación general y comunicación digital (suponiendo que también haya sido la persona que ha desarrollado el social media plan); pero que puede convertir el trabajo de una figura en sí misma en una simple tarea.
En ese caso, y ante la falta de tiempo o recursos, hay que ser eficiente y realista con los objetivos y responsabilidades. Y procurar involucrar a personas de la entidad en la actividad de las Redes Sociales.
Tras consultar las diferentes propuestas de expertos considero que las principales responsabilidades del C.M del Tercer Sector son:
- Estudiar el público objetivo de nuestras herramientas.
- Desarrollar la estrategia de comunicación en redes sociales, enfocada también a la captación de fondos.
- Sensibilizar sobre nuestra causa.
- Generar contenido.
- Informar sobre nuestras acciones, y sobre temas de interés de nuestros seguidores que estén relacionados con nuestra entidad o labor.
- Impulsar el crecimiento de nuestra comunidad virtual.
- Establecer un dialogo fluido en las redes.
- Monitorizar el resultado de nuestra actividad.
Aquí podéis escuchar otras recomendaciones sobre cómo ser un buen Community Manager: