¿Es el puesto de Community Manager simplemente un trabajo más en las organizaciones sociales y en las administraciones públicas?
Es una profesión arriesgada, con un alto grado de responsabilidad, y que aún está por definir en gran parte de las organizaciones sociales, y la práctica totalidad de las administraciones públicas.
Esta mañana amanecíamos con la noticia de «una presunta manipulación de un concurso público para colocar al candidato de Ciudadanos en el puesto de responsable de redes sociales»
La persona que gestiona el acceso a los medios de comunicación, tiene que gozar de la confianza de la organización, y esto nos hace reflexionar sobre la falta de independencia para el desarrollo de un trabajo profesional, máxime en espacios públicos que pueden cambiar de color político cada cuatro años. Pero igualmente las organizaciones sociales, están impregnadas de una ideología y unos valores que tendrían que verse reflejados en la comunicación social.
La falta de criterios de comunicación dejan, en ocasiones, en manos del Community Manager demasiada responsabilidad, y la sombra de un gran hermano que observa 24 horas al día cada uno de sus comentarios.
Por tanto, la definición de reglas claras en el acceso al puesto de trabajo, la utilización de herramientas participativas como el PLAN DE COMUNICACIÓN, que marcan la guía y la referencia del trabajo realizado, y la necesaria deontología profesional de quienes ejercen esta profesión deben ser líneas maestras que nos ayuden a encontrar el camino en esta complicada y peligrosa profesión.