Creo que las opciones de crear un CM en una asociación pequeña pasarían por las siguientes fases:
¿NECESIDAD?
Cuando en el camino de una Asociación se cruzan por medio las redes sociales, surge la pregunta más importante:
¿Lo necesitamos?
A partir de ahí el debate se hace bajo la lupa de la frase “los demás ya lo tienen»
IMPOSICIÓN
Una vez estipulado que es necesario para la asociación surge el debate de quien lo tiene que hacer. Quien tiene que organizar como si de un director de orquesta se tratara todo lo que nos ofrece la red Social.
Varias posibilidades aparecen en la asociación, la primera opción y la más fácil en descartar es la posibilidad de contratar a alguien para llevar esa función, cuesta dinero, tampoco es para tanto esto de Facebook y principalmente, eso se hace en 5 minutos .
La segunda posibilidad es más fácil, una amigo, el sobrino del presidente, el hijo de un amigo que utiliza muy bien el Twitter (no importa que tenga 15 años)
A final y lo más habitual es utilizar una subvención, voluntario o prácticas para encargar a una persona a poner en marcha eso tan fácil de “Redes Sociales” , imposición.
Crea Facebook y empieza a compartir y a dar me gusta a todo lo que pasa por su lado. Comienzan a aumentar los amigos, «esto va viento en popa » y ya está en marcha la Comunicación de la Asociación.
El problema surge cuando la subvención se acaba, el voluntario deja la asociación o se acaban las prácticas de la persona encargada.
¿DEVOCION?
Surge el bajón en las redes y durante un tiempo nadie se vuelve a acordar de las redes sociales, hasta que alguien de dentro, alguien que tiene su trabajo y no tiene que ver nada con la comunicación, asume por vocación la necesidad y comienza de nuevo la actividad, a ratos, cuando su trabajo el permite y cuando resta de sus horas de descanso para dicha actividad.
A partir de ahí, persona “encargada” tendrá que compaginar su trabajo con la función de Community Manager para poner en práctica las habilidades necesarias para que un administrador Social tenga éxito y no morir en el intento.