Existen infinidad de definiciones de lo que debe y no debe ser la figura de la Community Manager, tanto en el sector empresarial como en el ámbito asociativo. Solo es necesario poner Community Manager en cualquier buscador y las tendréis a vuestro alcance.

Os propongo una definición para nuestro sector que no aparece en ningún buscador:

Community Manager = Energía

Una energía…

• Dirigida: es especialmente deseable que además de ceñirse a ellos, la CM participe en la definición de nuestra estrategia y nuestro plan de comunicación.Si no tenemos un plan de comunicación o una estrategia de comunicación no tendremos CM, existiría alguien que se dedicaría a mantener el blog o la web, que abriría una página de Facebook o que actualizaría el perfil de Twitter.

• Omnipresente: está en todas partes, conoce y la conocen en las diferentes áreas de nuestra organización; si no ¿cómo va a trabajar con nuestra comunidad? Pero también está siempre presente fuera, en estado de alerta para anticiparse y prever cómo lo que pase en cualquier ámbito de la sociedad (político, sectorial, etc) puede afectarnos o como podemos intervenir.

• Reactiva: permite descubrir y valorar la presencia de otras energías (gracias a su condición omnipresente), provocando reacciones.

• Transformadora: la mayoría de las organizaciones no están acostumbradas a una cultura 2.0 real, por lo que esta figura es fundamental para lograr el cambio.

• Constante: la monitorización no es algo que pueda llevarse a cabo si no es con constancia y método. Monitorizar es imprescindible para conseguir que la cultura 2.0 se implante en nuestra organización, para que todo el mundo sea parte activa y en definitiva para conseguir nuestros objetivos definidos en nuestro plan y/o estrategia comunicativa.

• Generosa: su trabajo consiste en hacer protagonistas a los demás, para ello su capacidad de escucha y de dialogo serán claves.

• Crítica: Debe regirse por un pensamiento crítico que conjugue el ideario de la entidad con el suyo.

• Paciente: Sabe que tendrá que picar mucha piedra antes de que su trabajo de frutos.

¿Cómo se traduce todo esto en su día a día?

Y visto, lo visto… ¿quién tiene energía para llevar a cabo esta ardua labor en su organización, con todo el trabajo que ya tenemos?

Es obvio que en las organizaciones grandes las tareas de CM las lleva a cabo personal remunerado. Pero y las organizaciones que no somos tan grandes ni tan pudientes… ¿Cómo lo hacemos?

¿Hacemos un esfuerzo económico y lo invertimos en contratar a alguien? ¿Liberamos a alguna persona voluntaria para que se dedique exclusivamente a ésto? ¿Montamos un equipo de CM’s?

Quizá lo primero que tendríamos que hacer es sentarnos y ver qué queremos conseguir, dónde queremos estar y por qué, y qué pasos debemos dar para lograrlo. A partir de ahí, deberemos entender y hacer entender a toda la organización que hoy en día es imprescindible contar con alguien que haga las veces de Community Manager, ya sea de forma remunerada o voluntaria en función de nuestras posibilidades y voluntades.

Y sobre todo lo más imprescindible es que todo el mundo debe participar y acompañarla en su viaje por el universo 2.0.