No nos engañemos, ser community manager no es fácil. Pero nos gusta el riesgo y la aventura y por eso esta profesión que aúna muchas a la vez. A veces eres bombero, otras psicólogo, sin olvidar al periodista, al investigador o al diseñador entre muchos. He aquí algunas claves básicas para salir airoso a la hora de gestionar una comunidad:

• Siéntete un camaleón: sé flexible, asume que tus funciones son variadas y que toca meterse en muchas pieles diferentes. Disfruta de ellas, los demás lo agradecerán. Siéntete un actor al servicio de la causa.
• Planifícate teniendo en cuenta lo inesperado: mantén una rutina y deja huecos para los fuegos e informaciones noticiables.
• Pregúntate y pregúntales: propón retos y reflexiones.
• Seduce a tu audiencia: atráela, pícala, haz que presten atención.
• Dales voz: no les des siempre tu chapa, promueve el feedback y la participación. Haz que la causa sea verdaderamente colectiva y propón métodos y herramientas para que ellos también sean portavoces.
• Habla con todo el mundo y escucha lo que tienen que decir: online y offline, dentro y fuera de tu organización, desde el señor de la limpieza a la presidenta, en tus ratos libres y en el trabajo… Obtendrás información valiosísima, en ocasiones incluso más que investigando contenidos sesudos durante horas.
• Contesta: no hay nada peor que sentirse ignorado o no pronunciarse ante una situación de crisis. Hazte presente, manifiesta tu opinión, resuelve una duda… Quien calla, otorga.
• Reinvéntate: no des por hecho que lo que hiciste ayer va a funcionar mañana. Prueba cosas nuevas. Experimenta con tus públicos. Tampoco les vuelvas locos, ten una estrategia, un objetivo a alcanzar.
• Crea valor: haz que tu comunidad te tenga en cuenta, que seas una fuente de información y/u opinión relevante.
• Y sobre todo, ten paciencia: todos los días tendrás que lidiar con personas muy diferentes, tiempos imposibles, situaciones tensas/disparatadas/importantes… ¡Mantén la calma y sigue luchando por lo que crees!