Cambiar la mirada y la voz para cambiar el mundo.
¿De verdad me vas a hablar de esto otra vez? Sí, seguro que has tenido más de una conversación sobre el lenguaje sexista; que si alguien te dice que el lenguaje es patriarcal, el otro que si vamos a acabar diciendo sillos y sillas, que vaya coñazo rollazo estar desdoblando… pero si el lenguaje, los lenguajes (escrito, visual, oral) son la herramienta que usamos para comunicarnos y con ellos construir realidad y pensamiento, tanto por acción como por omisión, ¿Qué realidad quieres ayudar a construir con él?
Nadie pone en duda la importancia del lenguaje y de las palabras elegidas cuando hablamos de política, publicidad, sucesos… y la necesidad de cuidarlo y dedicarle tiempo y esfuerzo al estilo y sin embargo, cuando se habla de dedicar ese esfuerzo a hacerlo inclusivo, enseguida surgen las reticencias. Sin embargo como community manager debemos ser conscientes de que está demostrado que el lenguaje usado es uno de los elementos más determinantes para atraer a nuestra comunidad (en este artículo tienes una reflexión al respecto y un enlace a un estudio que lo demuestra).
Si tu organización (y tú como community manager probablemente seas su voz) quiere ser parte de un mundo más justo y equitativo creo que merece la pena el esfuerzo por comunicarnos de manera más inclusiva y justa, cuánto más si es una organización que quiere ser agente del cambio. Ya sabes, somos lo que hablamos.
Es fácil estar de acuerdo con las grandes afirmaciones de valores en lo macro, los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres, el no racismo, la inclusividad, etc. Pero ¿qué pasa cuando aplicamos las gafas de visibilizar injusticias a nuestras prácticas diarias?
Es importante cuidar el discurso de nuestra organización para que sea coherente con los valores por los que se guía y para ello creo que es fundamental hacerse estas tres preguntas:
- ¿Qué estoy diciendo, sobre quién, quién es el/la agente de la acción, que realidad estoy visibilizando?
- ¿Cómo lo estoy diciendo? Estoy cuidando que el lenguaje sea inclusivo, respetuoso, etc.
- ¿Qué no estoy diciendo? ¿A quién estoy invisibilizando?
Hay muchos aspectos a tener en cuenta a la hora de usar un lenguaje inclusivo, a mi me gusta usar la metáfora de las gafas porque nos ayuda a ser conscientes de que la mirada hay que educarla y nos permite saber desde donde estamos mirando, qué estamos viendo y poner el foco en perspectivas que de otra forma se nos escaparían, pero ¿Qué perspectivas son esas?
Algunas “gafas” que nos aportan perspectiva para un lenguaje más inclusivo:
- La perspectiva de género
- La racial y la étnica (no son la misma)
- La de la diversidad funcional
- La de clase socioeconómica
- La de territorio
Estas son solo algunas, desde mi punto de vista se trata ir aprendiendo para crear cada vez un mundo más bonito, feliz y justo. Y a ti ¿Qué otras miradas crees que nos faltan? ¿Cuál serían las preguntas que nos ayudarían a construir perspectiva desde esas gafas?¿Cómo me lo cuentas? Sigue leyendo